Gente que tiene la soga al cuello

Una de vaqueros antes del puente.

En la película “El bueno, el feo y el malo” hay una escena en la que Tuco, el actor Ellie Wallach, está a punto de ser ahorcado por el sheriff del pueblo.

Justo antes llega el Rubio, no confundir con el Rubius, por favor 🤪 ,  interpretado por Clint Eastwood, pega cuatro tiros con su rifle y libera a Tuco de una muerte segura.

Cuando se están repartiendo a partes iguales el dinero de la recompensa, Tuco le dice a el Rubio:

“El mundo está dividido en dos partes, amigo; 

Los que tienen la cuerda al cuello y los que la cortan, solo que el cuello que hay dentro de la cuerda es el mio, y el que se la juega soy yo.

Por eso, la próxima vez quiero más de la mitad.

Sí, es verdad que tu expones -dice el Rubio-, pero yo soy el que corta, y si tu me rebajas mi porcentaje (¿quieres?) yo podría fallar la puntería, ejem.

Pero si fallas, falla de verdad, Rubio, porque el que me engaña y después no me mata quiere decir que no sabe nada de Tuco, ja ja, nada”.

A mí las películas del Oeste me vuelven loco.

No me canso de ellas aunque eso sí, tengo que aprovechar que ni Alejandra ni Sofía estén en casa para poder ver alguna. 

Y mira que lo he intentado…

(Otras son las películas de Navidad, pero de eso ya hablaremos otro día)

El bueno, el feo y el malo es una de mis películas favoritas por lo que la he visto muchas veces, pero es que además, creo que sus diálogos encierran grandes lecciones de vida y de negocios… si la ves con los ojos adecuados.

Es cierto que el mundo se divide en dos.

Que unos son los que tienen la soga al cuello y otros los que cortan la soga.

Pero también es verdad que unas veces somos nosotros mismos los que nos ponemos solitos la soga al cuello.

Lo peor de todo es que puede que alguna de esas veces no llegue nadie a salvarnos y, se acabó la partida.

Game over.

No hay bola extra.

Pero no nos pongamos trágicos de momento, porque si haces lo que tienes que hacer, no darás lugar a esa situación.

El problema está cuando no haces nada.

Te empeñas en seguir lo mismo que has venido haciendo hasta ahora esperando que todo siga igual.

“No hay mal que 100 años dure”

“Dios aprieta pero no ahoga”

“Más vale malo conocido que bueno por conocer”

¿Te suenan de algo?

Nos han educado así, nos han educado en el “Virgencita, que me quede como estoy” y eso es un tremendo error.

Déjame que te diga que si no te mueves, si no avanzas, vas para atrás.

Si no avanzas, retrocedes.

Vale, Rafa, ¿Y qué es avanzar? ¿Qué es hacer ese algo diferente que me hará ir hacia adelante como los de Alicante?

Pues tener claro tu propio plan de acción, tu propia estrategia, tus propios objetivos y las acciones que vas a hacer para conseguirlos.

Empieza a hacer y no pares, no te salgas de tu estrategia aunque veas que a otros les funcionan otras cosas diferentes.

Tú eres tú y tienes algo que nadie más tiene. Nadie.

Empieza por rentabilizar lo que ya tienes. Lo que te diferencia.

Sal ahí fuera y ofrece lo que tienes.

No esperes a que vengan a ti,

Ten hambre. Ve tú a buscarlos como si hoy fuera el último día de la vida en el planeta.

Hoy es fácil, no tienes que ser una súper mega empresa con recursos infinitos para lograrlo.

Hoy es el día, no mañana, ni pasado.

Hoy.

Si quieres hacer algo diferente puedes empezar por aquí.