Siempre hay un truco detrás.

Me encanta hacer trucos de magia con Sofía porque ya sabe que siempre hay un truco detrás y tengo que esforzarme mucho para que no me pille.

Ha llegado un momento en que si le digo…

“Sofía, mira aquí atentamente”

…ella mira a todas partes menos a dónde yo le digo que mire.

Y claro, me cuesta mucho más.

(Y ella se parte de risa y disfruta como nadie cargándose mis actuaciones de magia)

Con 6 años ya sabe que una cosa es lo que de verdad pasa y otra distinta, lo que podemos hacer creer a otra persona que pasa.

O lo que una persona se hace creer a sí mismo que pasa.

Hay personas que ni con 60, 70 u 80 años se dan cuenta de estas cosas.

No se dan cuenta porque ellas mismas se hacen a sí mismas trucos mentales con los que creen ver una cosa cuando en realidad está pasando otra bien distinta.

Hay muchas personas que creen de verdad estar haciendo lo correcto para que su negocio funcione bien.

Se levantan temprano, abren sus negocios, atienden llamadas, responden emails, negocian precios con sus proveedores, conversan con algún cliente, piensan en alguna campaña de publicidad con la que atraerán más clientes, trabajan hasta tarde, llegan a casa cansados del trabajo del día, cenan, ven alguna serie y se van a dormir.

Y así un día tras otro hasta que a final de mes los números no salen por ningún lado.

¿Pero cómo puede ser? -se preguntan- si yo trabajo duro, hago lo que siempre he hecho, hago lo que mi competencia hace y…

Ahí está el problema.

Lo que ha venido funcionando hasta ahora puede no funcionar ahora, en este momento.

Esto pasa especialmente cuando los tiempos se vuelven más difíciles y hay menos “alegría” en el consumo.

Aún así hay gente a la que sí le va bien.

¿Cómo es posible? ¿No llueve igual para todos?

Sí, llueve igual para todos, pero mientras unos no sacan el paraguas hasta que se mojan, los otros llevan un chubasquero puesto desde que salen de casa para no mojarse.

Mientras unos se “engañan “ a sí mismos haciendo lo mismo, funcione o no, día sí día también, los otros, aquellos a los que les va mejor, han hecho zag cuando todos siguen en el zig.

¿Hacer email marketing es hacer zag, Rafa?

Pues depende, te contestaría yo si me preguntaras eso.

Mandar emails a tus clientes por mandar no es hacer zag desde luego.

(aunque mucho mejor que no hacer nada por supuesto que sí)

Conocer bien a tus clientes y tener una oferta que les interese, ya empieza a ser Zag.

Mandarles emails a tus clientes para venderles lo que necesitan y no lo que tú crees que quieren, es un buen Zag.

Mandarles emails para que te conozcan cada día mejor, confíen en ti y acaben comprando más y con más frecuencia, también es Zag. 

Hay otras formas, claro, pero todas ellas parten de conocerte bien a ti y de conocer mejor a tu cliente.

Si quieres formar parte de los que hace Zag, más información aquí:

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